Introducción.



El uso de tarjetas para almacenar datos sensibles, cuyo acceso debe restringirse a determinadas personas, es habitual hoy en día. Las tarjetas con cinta de banda magnética y las tarjetas ópticas son capaces de ofrecer una protección limitada (leer la información de estas tarjetas es relativamente fácil) de la información mediante técnicas de cifrado. En estos casos la información confidencial no se almacena en la propia tarjeta sino que en dispositivos externos.

Por otra parte, las tarjetas inteligentes (smart cards) son unidades que controlan el acceso a su información mediante un microprocesador interior. Por lo tanto la seguridad, respecto a las anteriores tarjetas, es una de las características más importantes de las tarjetas inteligentes.

Este trabajo pretende centrarse en la seguridad de una smart card que es la tarjeta más segura de entre las existentes actualmente. Para esto, primero se hace una clasificación de las tarjetas, en segundo lugar se analizan las principales partes que componen una smart card, una vez conocida la estructura básica se describen los distintos niveles de seguridad que deben considerarse para proteger la información  y por último se ve un ejemplo práctico.